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“Las historias de un grito: 200 años de ser colombianos”, una exposición del Museo Nacional de Colombia

¿Cómo se nos ha contado las gestas de independencia? ¿Cómo hemos aprendido nuestra historia? Reflexiones sobre las políticas de la historia y memoria en Colombia

El Bicentenario de las independencias en América Latina propició un espacio para reflexionar sobre cómo se construyen los relatos de nación, sus contenidos, sus protagonistas, su transformación en el tiempo y los trabajos de la memoria subyacentes.

Los relatos son ideas-imágenes de lo que hemos sido y somos, pero también utopías e ideas proyectivas de lo que deseamos ser: ¿de dónde venimos, qué somos, para dónde vamos? Son relatos vinculados a diversas definiciones de la realidad histórica y a constelaciones de intereses y valores cambiantes (Jaramillo Jiménez s.f.: 274).

Ni las mujeres, ni los soldados rasos, ni las negritudes, ni los indígenas encontraron un lugar digno en estos relatos. A gays y lesbianas se les asignó el lugar de la enfermedad y de la cárcel, y se les expulsó de los relatos históricos sobre la construcción de la nación (CNMH 2013: 29)

En el segundo semestre del 2010, el Museo Nacional de Colombia presentó una exposición sobre las formas en que se ha configurado la memoria sobre la independencia del país desde 1810, la representación del proceso y sus actores, y la manera como ésta circuló y fue apropiada y reinterpretada durante el siglo XX. La exposición está respaldada por tres años de investigación, en la que participaron Amada Carolina Pérez Benavides, Antonio Ochoa Flórez, Carolina Vanegas Carrasco, Cristina Lleras Figueroa, Juan Ricardo Rey Márquez, Maite Yie Garzón, Olga Isabel Acosta Luna y Yobenj Chicangana Bayona. El texto curatorial señala:

Esta exposición está conformada por monedas, retratos, impresos, esculturas, programas radiales, series de televisión y objetos de todo tipo que hacen referencia al proceso de la Independencia, elaborados en épocas distintas y que se superponen unos a otros. Todas estas piezas dan cuenta de la manera como –durante doscientos años– se han configurado las memorias o representaciones sobre la Independencia por parte de diferentes actores e instituciones como museos, archivos, academias, universidades y otras organizaciones sociales y políticas. ¿Cómo hemos contado nuestra historia?

El preguntarse por cómo se contó lo que pasó implica reflexionar sobre cómo se nos ha contado la historia, cómo hemos aprendido sobre nuestro pasado, sobre el establecimiento de lugares comunes y verdades en torno al proceso de independencia, sobre la construcción y legitimación de ciertas lecturas del pasado, sobre la circulación de representaciones; así como sobre lo no-dicho, es decir, el silencio de la historiografía oficial sobre la participación de los sectores populares y subalternos en el proceso histórico de la independencia por ejemplo. Y esto adquiere importancia en tanto son los acontecimientos que dieron nacimiento al estado-nación colombiano e inauguraron la ciudadanía. De esta manera, la exposición propone 1) revisar las representaciones construidas para someterlas a un juicio crítico, de-construir, des-mitificar y des-naturalizar la historia que nos han contado, y 2) reconocer a aquellas personas y colectivos que fueron indispensables en el proceso de independencia.

Para tal fin, la exposición organiza el recorrido en tres pabellones. El primero se llama Portal de las Américas y pasa revista sobre las primeras representaciones de la libertad, el territorio y la independencia, las primeras nociones de lo nacional, el surgimiento de la ciudadanía y la construcción de nuevas imágenes como los escudos nacionales y las banderas. Una ciudadanía por lo demás excluyente y restringida.

Aunque hoy asumamos que los gritos de igualdad, libertad y solidaridad que animaron las revoluciones democráticas de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX en sociedades de colonos como Latinoamérica, Francia y Estados Unidos se aplicaban a todas sus poblaciones, las ciudadanías modernas en realidad se fundaron en inclusiones y exclusiones políticas. (…) En la mayoría de las constituciones que se elaboraron en estos países, solo los varones, blancos, letrados, con propiedad, casados, dispuestos a portar armas en defensa de la patria y familia y con capacidad de pagar impuestos fueron declarados ciudadanos con derechos plenos (CNMH 2013: 28)

El segundo pabellón se llama Estación Héroes y pone en evidencia la construcción discursiva (visual y textual) de los héroes y símbolos patrios. Por ejemplo, aunque la independencia no sólo se logró en el campo de batalla, lo bélico es un tema privilegiado en la historia de la independencia. De igual forma, el 20 de julio y el florero de Llorente son dos eventos dentro de una trama histórica más compleja, pero su predominancia como mitos fundacionales manifiesta el carácter centralista de la representación (frente a lo local y regional). En este pabellón también se hace un extrañamiento a la figura del héroe, preguntando cómo se hacen los héroes, cuáles héroes conformaron el panteón nacional y cuáles fueron excluidos, y por qué. Asimismo, se hace una revisión de la participación y agencia histórica de las mujeres.

El tercero se llama Estación Pueblo y pone de manifiesto la participación popular durante el proceso de independencia: por ejemplo, la revuelta de los comuneros, la participación de pardos, negros y esclavizados, de indígenas, de mujeres urbanas, de los pastusos.

La curaduría de arte e historia del Museo Nacional de Colombia tuvo que dar una pelea para presentar y legitimar esta exposición. Como señala Vargas (2010), “pues ella implica la «profanación de reliquias», una impugnación a los paradigmas historiográficos y culturales en medio de los cuales el Museo se erigió como institución” (150). La iniciativa del Museo Nacional es pionera al plantear una reflexión de este tipo. La exposición invita a comprender cómo se ha representado el proceso de independencia en la memoria colectiva, y cómo se construyen relatos de nación de Colombia. Es un aporte en pro de una historia más incluyente y abierta, que reconozca diversos actores, trayectorias históricas y múltiples historias sobre el pasado.

Fuentes:

  • Centro Nacional de Memoria Histórica (2013). Recordar y narrar el conflicto: herramientas para reconstruir memoria histórica. Bogotá: Imprenta Nacional.
  • Jaramillo Jiménez, Jaime Eduardo. “La invención de América Latina; relatos y construcción de la identidad”. En: X Congreso Internacional de Filosofía Latinoamericana. Filosofía, arte y literatura: diálogos y debates. Bogotá: Universidad Santo Tomás, Facultad de Filosofía y Letras.
  • Lleras Figueroa, Cristina (2010). “Historias de un grito”. Periódico El Tiempo, 22 de junio.
  • Vargas, Sebastián (2010). "200 años de construir colombianos". En: Memoria y Sociedad 14(29), 147-150.
  • “Representaciones del Bicentenario, una exposición itinerante del Museo Nacional”. En: www.bibliotecanacional.gov.co

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